Autoretrato

Mi nombre es Vanessa, tengo 22 años y aprendo a ser feliz, deje de pensar en la gente cuando me comenzaron a engañar y, no obstante, no puedo dejar de ayudarlos aún, cuando muchas veces, sea por su propio interés. Aprendí que la vida se vive y no se sobrevive a ella, que las penas son parte del día, así como las sonrisas, que los momentos tristes no son eternos, así como los felices.

Dejé de mirar el futuro, cuando me perdí en mi pasado, olvidando vivir el presente, pensé durante mucho que no tenia corazón y llego alguien que me removió hasta el punto de recordarme que había algo que en mi latía. No me gusta mi cara, pero aprendo poco a poco a amarme, no me gusta mi delgadez y soy capaz de perderme mucho tiempo pensando en que seria de mi con más kilogramos. No miro los cuerpos si no el alma, pero a primera vista, tiendo a ver como la gente camina, y que pueden decir sus ojos.

Creo que el hombre es un ser que deja sus temores tan al descubierto que se olvida de respirar, deja de ser niño cuando debería comenzar a serlo y se vuelve muy adulto cuando debería ser un niño, descubrí que la sonrisa diaria trae más sonrisas y que las lágrimas solo nos envuelven en un oscuro pasaje. Me di cuenta que soy mucho sin mi pasado, pero que sin el, no tendría presente ni me proyectaría en el futuro.

Soy de pocos amigos y muchos conocidos, los que son amigos, estarán ahí aun cuando la madrugada sea mi día y saben, que estaré ahí aun cuando no tenga fuerzas. Perdí lo que era la definición del amor y, sin embargo, pareciera que jamás logre conocerlo, le temí, lo odie y hasta me ahogue en el, y ahora, espero que sea "él" u otro quien me de señas de lo que es. Aprendí a decir te quiero hace muy poco, que son palabras libres, que al igual que los sentimientos, no se deben guardar, temí durante mucho tiempo el sentir la necesidad de alguien, y si bien me disgusta la dependencia, querer, desear, sentir no se desprenden de esa palabra.

Me queda mucho por aprender, aun cuando también he vivido mas de lo que debía, hay palabras que salen de mi memoria y hay otras tantas que se borraron por conveniencia, he aprendido a caminar por la tierra cuando me perdí buscando en el cielo lo que supuestamente reconfortaria mi alma ... he aprendido a ser yo... levantandome de la nada y siendo todo de una vez.